¿Cómo reaccionas ante las pérdidas? ¿Cómo eres en tus relaciones de pareja? ¿Eres dependiente o te cuesta tener relaciones de intimidad? ¿Cómo te afectan las despedidas, los cambios, las transiciones? En el artículo anterior, hablamos sobre las funciones del apego y cómo se forma durante la infancia. A continuación, expongo los principales tipos de apego, para que puedas reconocerlos y entender ciertas conductas y hábitos, a veces tóxicos, en las relaciones interpersonales.
3 tipos de apego principales
- El apego seguro: El tipo de apego más frecuente. Los cuidadores proporcionaron contacto y proximidad, y atendieron las necesidades del niño. El tipo de apego seguro cuando eres adulto no te libra de nada, ni te hace impermeable al sufrimiento, solo que te refuerza. Probablemente una persona con apego seguro se autorregule mucho mejor. Son personas que viven relaciones de pareja con un estado de serenidad y alegría, sintiéndose felices aunque no estén con su pareja.
- El apego inseguro, que se divide en 2 tipos. El apego ansioso ambivalente y el inseguro – evitativo. Primero, la persona con el tipo de apego ansioso ambivalente ha tenido un cuidador inconsistente en sus respuestas: a veces respondía a veces no, a veces le calmaron a veces no. Esa intermitencia le genera una gran ansiedad , y a la vez, es “adictiva” y hace que estés en constante estado de alerta y vigilando a los demás. La personas con un tipo de apego ansioso – ambivalente ha vivido con mucha inestabilidad, y eso de adulto, lo podemos detectar en personas que desarrollan relaciones amorosas de dependencia emocional, cargadas de inseguridad y celos. Estas personas sienten con muchas frecuencia “miedo al abandono” por eso están hipervigilantes. Y el segundo subtipo, tenemos el tipo de apego inseguro evitativo, donde los padres no reconocieron ni vieron al niño, no lo atendieron…despreciaron en cierto modo el mundo emocional del niño, no hubieron besos, no se validaban emociones; se le dice a menudo eso son tonterías, no le cogen en brazos… Por eso, cuando estos niños son adultos les cuesta establecer relaciones de intimidad y expresar emociones. ¿Por qué? Porque su mecanismo de defensa es rechazar su parte emocional y funcionar de manera más racional evitando los contactos íntimos. ¿Para qué? Probablemente para protegerse del rechazo que tanto dolor les podría producir de nuevo.
- El apego desorganizado, es el más grave de todos, pues aparece en niños que han sufrido abandono y maltrato, y pueden acabar desarrollando trauma grave. Imaginad como debe ser vivir e interpretar que quien te cuida y supuestamente te quiere, te genera miedo y te hace daño.
Para finalizar quiero resaltar algo importante; Eres como eres, y como eres está bien. Los patrones de apego se pueden modificar. El potencial para sanar la historia de apego es inmenso, gracias a que podemos resignificar nuestra historia y a la capacidad de resiliencia de las personas. De hecho, cuando somos adultos, la pareja puede ser un espacio de reflexión y transformación de nuestro tipo de apego.
El primer paso es tomar conciencia de tu manera de reaccionar en pareja, en pérdidas, duelos, separaciones… y desde ahí, podrás poner el foco aprender a regularte.