En el artículo anterior, hablamos sobre las características de las empresas familiares y los aspectos importantes a tener en cuenta: funciones, límites, roles, jerarquías… Y ahora, he decidido exponer los conflictos típicos de la empresa familiar; aunque puede haber muchos más, yo enumeraré los más comunes desde mi experiencia.
Los conflictos forman parte de nuestra vida, son necesarios, muchas veces inevitables. En nuestra cultura, el conflicto tiene una connotación negativa, pero la realidad es que llevan a la maduración y crecimiento personal, familiar y empresarial. Siempre habrá conflictos en un sistema. Por tanto, los conflictos en la empresa familiar son algo normal. La clave está en que la empresa familiar tener los recursos para solventarlos adecuadamente. Las dificultades no gestionadas o gestionadas de modo inadecuado se convierten en conflictos.
Conflictos más comunes en la empresa familiar
Como os decía, cuento con experiencia personal en la empresa familiar. Además, tengo el placer de conocer a muchas empresas familiares que me transmiten sus inquietudes. Con todo ello, he podido extraer los conflictos más comunes en la empresa familiar.
- Conflictos cuando el fundador tiene que jubilarse. Cuando hay una sucesión es como un duelo. Teniendo en cuenta que suele ser una persona que ha volcado todo su esfuerzo en crear y fortalecer la empresa, deshacerse de ello es difícil. En este caso, hay que ayudar al fundador a detectar sus creencias limitantes y reestructurarlo. Por ejemplo, las creencias asociadas más frecuentes: esta empresa es mi vida, no sé hacer otra cosa más que trabajar, no lo puedo consentir, nadie lo hará mejor que yo…
- Se limita la incorporación de profesionales expertos ajenos a la familia. Los propietarios viven estas incorporaciones como una pérdida de control sobre su negocio. La realidad es que estás delegando la gestión diaria, pues el control y supervisión lo sigues teniendo tú, el propietario. El problema es la falta de confianza y la confusión de términos como gestión y control.
- Solapamiento de sistemas. La empresa familiar no cuenta con definición propia de estructura, límites y funciones. Los conflictos se dan porque se confunden roles constantemente. Los miembros no tienen claro en cada momento en qué sistema están. Por ejemplo, adoptar un rol de padre en la empresa y de empresario en casa. O por ejemplo, hablar de asuntos empresariales en las cenas familiares por la noche.
- Estilo directivo autoritario y rígido; de modo que hay una gran resistencia al cambio, y eso genera frustración en las generaciones siguientes.
- Comunicación en la empresa familiar: Una familia sin hábito de comunicación y sin límites claros puede ir sobreviviendo; pero en la empresa la comunicación es fundamental para su desarrollo y crecimiento.
- Relación familiares deterioradas que acaban afectando a la empresa y dificultan la integración de la familia en la empresa. Los conflictos de la familia contaminan a la empresa.
Gracias a mi experiencia y mi formación en Coaching y Terapia Sistémica he podido aprender a mirar los conflictos de la empresa familiar de un modo más abierto y empático. No hay malos ni buenos. No hay culpables. Cada miembro tiene unas creencias, unos pensamientos y unos valores que les llevan a tomar sus decisiones y a mantener su posición. Mi mirada hacia los conflictos en la empresa familiar pasa por no juzgar y poner el foco en lo que tiene sentido para cada miembro y cada sistema.
¿Perteneces a una empresa familiar? ¿Te gustaría compartir tu experiencia? ¿Has vivido algún conflicto en la empresa familiar? Estaré encantada de leerte en comentarios.